martes, 9 de octubre de 2018

decisiones

Ocurrió este fin de semana. Todo empezó con la relectura de unas fotocopias de algunas páginas de "el puesto del hombre en el cosmos" (Max Scheler); había llegado hasta ellas a partir de relacionar una idea puntual que recordaba de ese texto con la enseñanza más importante de Sócrates. Entonces todo fluyó; sólo restaba tomar las decisiones adecuadas. Y fueron tomadas.

viernes, 21 de septiembre de 2018

"flow"

Hoy era una mañana gris, con viento y bastante fría. Llegamos a la playa con les chiquites a las 8:00 y en una hora de caminata (ida y vuelta) NO nos cruzamos con una sola persona; sólo a pocos metros de terminar el paseo apareció un hombre (al que siempre cruzamos y saludo). Lo mejor de hoy fue que mientras caminaba "me bajó" este pensamiento: "encontré mi flow". Justo hoy ... el día de la primavera.

lunes, 17 de septiembre de 2018

entrar al mar

Hoy llegamos a la playa a las 8:00. Era una mañana brumosa. Les chiquites (Dulce, Toto y Mara) interactuaron con un lobito de mar que estaba descansando en la orilla; caminamos de punta a punta ("paseo completo con yapa") y el clima estaba tan "pesado" que, por primera vez después de varios meses, me dieron ganas de entrar al mar. Volvimos a casa a las 9:15.

miércoles, 10 de agosto de 2011

¿me das un beso?

Era un día de sol y cielo despejado; él y el wing del equipo (ESENABLA OGEID) estaban parados en su propio campo esperando que sus compañeros volvieran y que el equipo contrario hiciera la salida de mitad de cancha, después del try convertido que los dejaba “a tiro de empate”.
En ese momento pensó -y fue ciertamente un salto de conciencia- dos cosas: que el rugby era un deporte hermoso y que quería vivir en un lugar donde pudiera disfrutar del aire libre.
Hacía ya varios años (más de veinte) que miraba rugby internacional; siempre tenía presente las palabras de la filósofa francesa Catherine Kintzler: “El rugby hace referencia a la violencia de grupo, la más primitiva y la más fundamental: la de una tropa de machos armados sólo con su cuerpo. Pero esto es una alusión: se puede ver lo que sería el rugby sin reglas precisamente porque no se llega hasta ese extremo. No se cierra del todo el chorro de violencia; tampoco se abren las compuertas, porque en ese caso la situación sería explosiva. Pero siempre queda un cierto temor ...”
Admiraba -y hasta se podría decir que envidaba, aunque la envidia no formaba parte de sus sentimientos- a cuatro jugadores (tres neocelandeses y un irlandés): BYRON KELLEHER, DANIEL CARTER, SONNY BILL WILLIAMS (de él “se enamoró” apenas lo vio) y BRIAN O’DRISCOLL (el primero en el tiempo).
Decidió que, a pesar de que tenía 40 años, empezaría a jugar en forma regular; se lo iba a “tomar en serio”.
En la semana visitó una inmobiliaria y averiguó por una casa con jardín en un lugar tranquilo y rodeado de verde.
Algunos días después, una mujer lo llamó por teléfono para decirle que, según lo que había pedido, tenía “la casa ideal”; arreglaron y lo llevó a conocerla.
En “la casa ideal” estaba viviendo una pareja joven con su bebé. En cuanto entró quedó deslumbrado por el parque; era amplio y desde allí se podían ver sólo dos cosas: cielo (bien celeste) y campo abierto.
Pensó que había que hacerle algunos arreglos, pero eso era lo de menos. Decidió que sí.
Volvió unos días más tarde por su propia cuenta; el marido no estaba. La mujer lo invitó a pasar; él se quedó casi todo el día jugando con el bebé en una de las habitaciones. Ella, en un momento, se sumó al juego. Era delgada y llevaba puesto un jean azul algo gastado con una blusa blanca de bambula; tenía parte del cabello atada por detrás de la cabeza (el resto le caía más allá de los hombros). Después de un tiempo de estar los tres juntos (¿media, una, dos horas?), la mujer se le acercó (estaba acostada en el piso boca abajo, con las piernas dobladas por la rodilla en ángulo recto) hasta quedar con la cara casi pegada frente a la suya y le dijo: “¿me das un beso?”.
Entonces él se movió suavemente (también estaba acostado en el piso boca abajo, con el bebé sentado a su izquierda) y apoyó sus labios sobre los de ella, tomándole el inferior. Fue lo más parecido que conoció a un beso de amor.
En la penumbra de la tarde, volvieron a la casa juntos después de hacer las compras; ambos iban cargados de bolsas y sonriendo. En la puerta de la casa, los estaba esperando la mujer de la inmobiliaria: se dio cuenta de todo apenas los vio. Quería mostrarle algo nuevo que había en el parque. Era una calesita blanca de metal con varias reposeras (todas unidas por el centro) orientadas al sol; estaba ubicada al borde de una piscina rectangular (llena de agua cristalina), sobre un piso de baldosas de color ladrillo. A él le gustó pero le pareció “mucho”.
Pasaron dos o tres días y volvió a la inmobiliaria; esperó en la recepción. La mujer lo llamó aparte con la excusa de un msj de texto que había recibido en su teléfono celular. Entraron en una sala; ella cerró la puerta y se empezó a desvestir.

lunes, 16 de mayo de 2011

inquietud jurídica/pictórica


Por razones que no vienen al caso (al menos en este momento), durante los últimos días me estuve acordando de un texto en el que se mencionaba un cuadro llamado Napoleon in his study; estaba seguro de que se trataba de un artículo de Atilio Aníbal Alterini ("el Enzo" jurídico, según lo bautizamos con Gabriel hace muchos años, por su calidad y estilo).
El sábado a la mañana me puse a buscarlo y, al final, me di cuenta de que el cuadro en cuestión estaba citado en la nota de elevación del Proyecto de Código Civil unificado con el Código de Comercio del año 1998. En más de cuarenta párrafos, los integrantes de la Comisión Honoraria designada al efecto (entre los que ciertamente se encontraba A.A.A.) exponen los lineamientos de su trabajo.
Transcribo:
"es famoso el pensamiento de Napoleón Bonaparte, ampliamente confirmado por los hechos: 'Mi gloria no es haber ganado cuarenta batallas; Waterloo borrará el recuerdo de tantas victorias. Lo que nada destruirá, lo que vivirá eternamente, es mi Código Civil'. El reconocimiento a esa obra monumental es de tal magnitud que -por ejemplo, como recuerda Pierre Legrand- en la National Gallery of Art, de Washington, se exhibe un cuadro de Jacques-Louis David titulado Napoleon in his Study, en el cual aparece en su escritorio de trabajo, redactando a la luz de una vela el Código Civil" (Proyecto de Código Civil de la República Argentina unificado con el Código de Comercio, segunda edición, editorial Abeledo Perrot, p. 4).
Obviamente, lo busqué en internet y, para mi sorpresa, encontré que -como surge a simple vista- Napoleón NO aparece "redactando a la luz de una vela el Código Civil".
Entonces, me pregunto: ¿es posible que ninguno de los firmantes (seis prestigiosos juristas) de la nota de elevación del Proyecto (dirigida a "Su Excelencia, el Señor Ministro de Justicia de la Nación") se haya tomado la molestia de verificar lo que estaba diciendo?

viernes, 13 de mayo de 2011

mi frase vital

Es una tarde ideal para enamorarse (al menos por un par de horas): lluviosa, destemplada y víspera de fin de semana ...; si es por la zona de Parque Lezama: mucho mejor.
Hoy hablé con mi hermana y, después de pensarlo un par de horas, llegué a una conclusión (casi me animaría a decir definitiva). A ella (y especialmente a la gesticulación de sus palabras), le debo -entre muchas otras cosas- lo que sigue.

"JUGAR; lo demás no tiene sentido"

A los 40 años, ésta es mi idea de la vida.

JUGAR es lo opuesto de trabajar.
"Mientras el trabajo productivo está presidido por una finalidad -procurar la subsistencia de quien trabaja- y en tal sentido es una actividad medial o instrumental, o no es un fin en sí mismo, el juego es una actividad por completo libre, sin finalidad que la condicione; que se juega por jugar, mientras no se trabaja por trabajar, y si se trabaja por trabajar, se está en realidad jugando" (Manuel Alonso Olea, "Introducción al derecho del trabajo", quinta edición, revisada, renovada y ampliada, editorial Civitas, Madrid, 1994, p. 43).

miércoles, 27 de abril de 2011

diálogo de sábado a la noche por sms

La semana pasada recibí un msj de texto: "hla"; venía de un teléfono que no conocía: 03783 y seguían los números. Como no tenía crédito disponible no contesté; esperé unos días hasta que se me renovó el abono y escribí: "hola". No tuve respuesta.
Unas horas más tarde arrancó el siguiente diálogo:
03783...: quien sos?
yo: pero vos me escribiste primero (hace dos días: "hla"); yo tampoco sé quién sos.
03783...: soy rosalia
03783...: voz sos el hijo de pablo
yo: rosalía: lamentablemente, no sé quién sos ni tampoco sé quién es pablo, por lo cual no soy su hijo; soy D.
rosalia: cuanto a)os tenes
yo: 40; vos?
r: yo soy de lapachito
yo: ?
r: te acorda q no besamo
yo: la verdad que no ... dónde decís?; cuándo fue?
r: era para a)os nuevo q viniste ala casa d t papa
yo: je!
yo: cuántos a#os tenés?
r: 29 a)os
yo: linda edad!
yo: cuándo venís para acá?
r: y te acordaste quien soy
yo: mandame una foto tuya!
r: tenes mjer
yo: no
r: bsa bien
yo: gracias, otras cosas también ...
r: no se porq me bso nomas
yo: ya lo vas a poder comprobar, si se da la posibilidad ...
r: a si bno
yo: mandame tu foto ...
r: cuando tenga cred
yo: ok
r: yo qro su foto
yo: cuando reciba tu foto te mando la mía!
r: bueno dale
yo: ok
r: buena noche y un bso
yo: gracias, otro.

Pasaron aproximadamente dos horas y volvió a aparecer (yo ya estaba acostado).

r: sabez que me gusta mcho
yo: vos también ...
r: me qde loca cuand me bso esa guelta yo le esperaba para a)os nuevo y no vino
yo: estás con ganas, no?
r: porq dices?
yo: me parece ...
r: si la ganas d estar cntigo
yo: yo también ...
r: lastima estamo lejos
yo: sí, pero eso ya lo vamos a solucionar ...
r: porq? y q vasa aser
yo: y ..., si hace falta, viajamos
r: q vienes para aka
yo: no sé; primero veamos nuestras fotos y después seguimos, ok?
r: bno pero no se enoje?
yo: je!
r: pero tiene su papa aka en el chaco

¿continuará?